Tengo miedo de los alfileres
que fijan mariposas bajo un vidrio,
sobre terciopelos de colores.
Miedo de las arañas, por sus telas
que todo lo aprisionan, lo envuelven
y lo enredan.
Miedo también de las luces de neones,
ésas que hipnotizan a las libélulas
y las confunden en sus vuelos.
Miedo de las linternas que se igualan
con las luces de las luciérnagas
y las velan en su danza
de verdes mundos voladores.
Miedo de los barrotes de una jaula hermosa,
pérfida y blanca que se asemeje a un nido,
pero que aleje todos los árboles
de los jilgueros y los mirlos.
Miedo de las lupas, de los microscopios
que son como escalpelos que todo lo diseccionan
y lo reducen a unidades simples, clasificables.
Tengo miedo de las etiquetas adhesivas, permanentes
que desnudan de su magia a los objetos
y desvelan sus misterios....
Miedo de los cajones cerrados, receptores
de secretos que un día fueron amores
y hoy yacen olvidados y en polvo transformados.
Miedo de que me abraces y te hagas
araña, alfiler, escalpelo o jaula
de todos mis amores.
Consuelo
Mayo 2012
En un lugar cualquiera entre Ribadeo y Compostela, disfrutando la belleza del Camino del Norte.
ResponderEliminarPrecioso Consuelo, no tengo esa facilidad de escibir, con ese sentir, que transmites con una empatía especial, en todos tus poemas. Pero si tengo la sensibilidad para percibir y recibir lo que tu me regalas con ellos. Doy gracias por ello. Gracias. NAMASTÉ.
ResponderEliminarAtenea
Me llegan tus palabras como brazadas de flores silvestres... traen el aroma de la ternura y los colores de un alma que se abre sin reservas...
ResponderEliminarGracias a ti, por compartir estos momentos de mi vida, en que las palabras brotan como manantiales que no puedo controlar, quizá para dar salida a lo que ya no alcanza a contener mi corazón, mi vida entera...
Son tiempos de cambios para todos, y cada uno de nosotros va aportando lo que puede para hacer de este mundo un hogar más bello, aunque realmente, ya es hermoso de por si... pero nos enredamos con tantas cosas!... valoramos tanto lo que no tiene ni un ápice de valor, mientras la auténtica vida se despliega a nuestro alrededor...
Un beso fuerte, gracias por estar al otro lado de cada palabra mía... por recibirlas con esa generosidad y ese ofrecimiento de lo que eres... quien quiera que seas. Eres muy bienvenido a mi vida.