miércoles, 1 de mayo de 2013

EL ÚNICO ABRAZO



Hay un instante mágico en el vientre de la noche
en el que los astros dejan de vibrar.

En esa quietud perfecta,
en lo más hondo de la belleza
y del profundo silencio, 
algo se gesta
y comienza a latir.

Sigue siendo pétrea 
la rigurosa oscuridad de la noche
y sin que nada lo anticipe
ya se presiente la luz.

El gozo radiante de la luz.

Entonces muy lentamente,
como sucede con todo
lo que realmente importa,
se hace visible el abrazo de la noche
y al sentirlo comprendes
la perfecta fusión entre la noche y el día.

El abrazo perfecto,
en el que una vez abraza la noche
y en la otra abraza el día.

Así quiero yo los abrazos.

Consuelo
Mayo 2013


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