Esta noche la luna que me guía
es el gato de Cheshire.
Desapareceré con él,
fundida en la oscuridad,
siguiendo la luz
de su sonrisa horizontal.
Iremos a sobrevolar las fuentes
las placitas y los jardines de París.
Treparemos a las gárgolas
en Notre-Dame
y subiremos a la cúpula blanca
de la bohemia Montmartre
olvidando nuestro cuerpo,
volando
tan solo con la mente.
A las pálidas orillas del Sena
él quizá quiera cazar ratones,
yo cazaré estrellas
y a todas les pondré tu nombre.
Consuelo
Mayo 2013
El cuerpo a veces, es una limitación, otras una liberación. Una de cal, varias de arena.
ResponderEliminarMe gusta la idea de viajar solo con la mente, sobre todo haciendo cosas que no podemos, por nuestra condición humana.
Por eso me he sentido trepando por esas alturas de París, si no fuera así, mi eterno vértigo a las alturas no me lo permitiría.
También me apunto a la caza de estrellas, es de las cazas que más me gustan.
Un bico.
Las cazaremos entonces.
ResponderEliminarLas retendremos entre las manos y les pondremos cascabeles, así siempre las sentiremos sonando en nuestro corazón, haya oscuridad o no.
Bico