martes, 30 de abril de 2013

PRIMAVERA DE PLATA





Has bajado lentamente
la cremallera de este vestido
de alargadas rayas verticales,
que como jaula 
de apatías mercenarias,
inmovilizaba mis dos alas
y anudaba mis sueños
a puertos innombrables
en los que te pronunciaba,
siempre en voz muy baja, 
con mi extraño acento
a lenguas extranjeras.

Nadie parecía recordarte.

Nadie sabia la letra
de la vieja poesía
donde se relataba mi cautiverio
y en la que se daba nombre
al caballo blanco
en el que vendrías a liberarme.

Así que, nuevamente, 
tuve que crearte.

Consuelo
Abril 2013









4 comentarios:

  1. Ay, meniña, como te envidio. Tienes esa cualidad que a la mayoría de los mortales nos es negada: hacer brotar palabras, construir veleros con ellas, botarlos al mar de la poesía y dejar que naveguen… A los demás nos toca ejercer de puertos para tu flota de palabras prometidas.
    Un bico grande, Calíope.

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  2. Unha aperta, meu.
    Chea dos silencios mais fermosos, dos que falan máis cas palabras...
    Quérote!

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  3. Me uno al comentario de Manolo. Lo suscribo totalmente.
    Me siento un puerto deseoso de ver arribar el velero de esos maravillosos versos llenos de experiencias de navegar por esos océanos de sentimientos y pasiones profundas. Y cuando llega, me gusta recrearme una y otra vez en admirarlo y verlo reposar tranquilo en mis aguas mansas, mientras me cuenta historias vividas tras aquellos desconocidos horizontes.
    Un enorme gozo.

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  4. Serás mi Ítaca secreta, un lugar especial hacia donde la brújula que rige todos los deseos conducirá los mios, para que encuentren reposo y abrigo antes de tornarse huracanes.
    Gracias cazador de bellezas que luego siembras y compartes.

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