Aquí tú y no yo.
Pero te llevé los vientos,
los mares reflejados
en el brillo de mi piel.
Te conté como el viento
hace amores con los árboles,
que en algún lugar siempre es primavera,
que en los parques se oyen risas infantiles
y roces suavísimos de amantes,
que el fuego arde
cuando acuchilla el invierno,
que la nieve,
que el silencio,
que la noche,
que la lluvia....
te llevé mi vida entera,
para que la tuya reviviera....
siempre me quedará la doliente duda
de si habrás dicho todas tus palabras de amor
antes de que la muerte te secuestrara.
No quisiera haberme venido
sin haberlas recitado todas...
Consuelo
Septiembre 2012
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