No llores, que aún tienes el viento y la distancia.
El amor es el viento. Sin remedio el abismo se asoma a tu mirada.
Es cierto que me nublas la garganta
con tu canto y tu mano lejanísima.
Aún no llores: en el aire bebes
el olor a tristeza de mis manos.
ANTONIO GAMONEDA
1947
Comienzo a beberme el día oliendo a tus sueños todavía
mientras guardo las penumbras de tu nombre
en el turbulento canal que discurre
profundo y secreto, entre mis pechos.
Aún es pronto para llorar
todavía recuerdo el sueño que te trajo.
CONSUELO
Septiembre 2012
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