jueves, 13 de septiembre de 2012

ERA LA HORA EXQUISITA



Era la hora exquisita.
Y tu yacías dormido sobre mi regazo 
mientras a nuestra espalda el río, 
rumoroso y lento, fluía.

Era la hora exquisita.
Y mis labios sobre los tuyos
escribían en tus sueños.

Y el río se volvió silencio
y te miró celoso.

Era la hora exquisita.
Cantaban los pájaros
y tu yacías sonriendo dormido
sobre mi regazo
bailando en mis sueños de besos.
Pero se creció el 
río
y sus afluentes se tornaron brazos
sus lodos se hicieron precisos
con otros contornos
como igualando tu cintura
tus caderas
tus hombros anchos.

Era la hora exquisita.
Asomaba la aurora
para arrebatarnos la luna
y tu yacías sombrío
sobre mi regazo.
Se levantó el 
río
con su cuerpo de hombre
y te hizo a un lado
para llevarme consigo.

Desde entonces olvido.

Pero hay otros días terribles
en los que recobro la lucidez
de aquella hora exquisita

Consuelo
Septiembre 2012




L'heure exquise

La lune blanche
Luit dans les bois ;
De chaque branche
Part une voix
Sous la ramée ...

Ô bien-aimée.

L'étang reflète,
Profond miroir,
La silhouette
Du saule noir
Où le vent pleure ...

Rêvons, c'est l'heure.

Un vaste et tendre
Apaisement
Semble descendre
Du firmament
Que l'astre irise ...

C'est l'heure exquise
Paul Verlaine

http://youtu.be/vJIz86Mtyek




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