Niza
Septiembre 2012
TU
Caer en un rostro, existir
con su respiración y con su boca...
Cuando tú estabas en peligro,
tú gritaste, más fue
en la garganta de otro ser humano;
se levantó tu cuerpo
y se fue en los brazos de otro ser humano.
Entonces comprendías.
Y tu necesidad y tu dolor
no fueron nunca como antes. Tú
ya no ves signos. Ahora, tú desprecias
todas las dudas. Y tu pensamiento
no es un espejo que calla; ya es amor
y destino, y conducta y existencia.
Antonio Gamoneda
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