Qué frágil la trama de aquel tiempo
en el que me despertaba en los brazos
de un para siempre jamás.
Pasan ahora, a su trasluz,
mis deseos
como atravesando un pérfido tamiz,
ahora, que no deseo nada eternamente
y que solo conjugo mis fuegos
en un continuo presente.
Cruzar la ciudad adversa
cuando hierve de luz,
dejarla pasar bajo mis pies,
creciendo las sombras
entre las dos.
Quisiera desaparecer sin preguntas
sin mirar ningún reloj.
Qué frágil la trama de este tiempo
que me ahoga de ahoras
y se vuelve como de arena
esperando unos besos
y después un adiós.
Consuelo
Septiembre 2012
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