Te ha traído la noche densa y oscura
de nuevo hasta el cristal de mi ventana
y con tus dedos recios, de lluvia
escribes vorazmente sobre ella
nuestro eterno poema de amor
concebido con todas las palabras
que tu y yo nos inventamos
y que los demás poetas
tomarían después prestadas.
tomarían después prestadas.
Me llamas golpeando sin piedad mi alma
con todas tus palabras de agua.
Consuelo
Septiembre 2012
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