Que pequeño y frágil eres
mundo!
¿Tu sabes que podría encerrarte
en una sóla de mis lágrimas,
agitarte,
y que volarían las estrellas contigo,
como nieve,
dentro de ella?
Girarías así pequeña y diminuta,
con todas las galaxias,
hacia una eliptica de cielos infinitos
mientras te sostengo,
lejana y distante,
en el silencio
lejana y distante,
en el silencio
de la palma de mi mano.
Consuelo
Septiembre 2012
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