Te uso, poesía, como una fuga
de la herida.
Te retengo como patria, como venia
y te esgrimo como arma
para defenderme de los versos
que hincan sus dientes mellados
en mi vena circular,
como queriendo matarme
a medias.
Me traicionas poesía
cuando me defiendes de una muerte
que me lleve lejos
totalmente lejos
y me dejas aquí
muerta a medias solamente
traicionada por la vida y por tí.
Me quedo a solas escribiendo,
esgrimiendo versos
como débiles espadas
sobre el profundo bisel de mis heridas.
Consuelo
Agosto 2012
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