Te guardo como un as, en la manga.
Y cuando la vida me gana la mano
o cuando me derrotan de farol
y sangro madrugadas rojas,
me acaricio suavemente el brazo
donde te guardo
y suturo contigo el caudal
de mis venas rotas.
Sé que en algún lugar bajo mi piel
esperas
y aguardas el final de esta partida.
Consuelo
Agosto 2012
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