jueves, 9 de agosto de 2012

CON ENJUNDIA
































Hay veces que siento como si la Vida fuera una cuchara de aristas afiladas, inmisericordes. 

Y como que yo fuera un plato de sopa terminado...

Así me siento, calentada, recalentada, enfriada, soplada, removida, agitada, mezclada, aromatizada, batida, sorbida, chupeteada, lamida... y terriblemente dolida tras los embates de la Vida y su maldita cuchara.

Pero entonces pienso en la alternativa.

Si fuese un bellísimo plato ornamental, solo para ser observado y contemplado, juzgado y no usado... yo misma provocaría mi suicidio tirándome de la estantería al suelo.

                                                  Consuelo
                                                  Agosto 2012



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