miércoles, 18 de julio de 2012

BESOS DESDE EL HADES



FALTABA ...

Faltaba todavía lo peor.

Faltaban los besos, que como alimañas debían aferrarse a mi cuello y desde allí descender en fanática huida hacia las cavernas de mi cuerpo.

Faltaba todavía la ausencia de mi nombre bautizando tus labios cada mañana.

Faltaba tu mirada desvistiéndome a medida que yo me vestía, desnudándome antes de que yo lo hiciera.

Faltaba todavía lo peor.

Dejar a tus pies, como ofrenda, todos los días venideros, llenos de risas y de arboledas, de platos compartidos y cocinados entre dos.

Faltaban las mañanas de lenguas enlazadas y muchas noches de luna. De olas y de orillas.

Faltaba renunciar a los días de sol que tu extenderías sobre mi piel.

Faltaban los días de lluvias y de nubes oscuras, de tormentas bajo las sábanas.

Faltaban las lecturas a medias, las noches de amor pasadas en vela.

Faltaba tanto por cuidarte...

Usar tus jerséis, gastar las sábanas de nuestra cama bajo un cielo en el que cazaríamos estrellas.

Faltaban millones de abrazos a traición.

Faltaba tanto todavía...

Que difícil renunciar al futuro que he tenido contigo.

Desde aquí, desde la prisión donde me has confinado, te escribo.

Consuelo
Julio 2012

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