Sé que llevas muchas lunas
cabalgando sobre tu espalda,
que las has ido recolectando,
en cualquier noche,
en todas las montañas ...
mientras esperabas mi llegada.
Sé que tu camino fue largo,
demasiado largo,
espoleado por la soledad de tu alma.
Sé que le hablaste de mí
a las nubes
y que me escribías cartas de amor
sobre la piel de la luna.
Sé que has tenido una fe
inquebrantable
en tus sueños más alocados,
que te abrazaste a lo imposible
y que de ello hacías tu credo,
cada día.
Y sé que llorabas a escondidas
de las estrellas que yo miraba,
mientras buscaba tu ausencia
en camas equivocadas.
Sé también... que ahora sonríes,
porque ya te hablan los sueños
en las más extrañas melodías.
Consuelo
Junio 2012
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