Se deslizaron todas las palabras
por la geometría onírica del silencio,
devolviendo el recortado eco de mi nombre
a las sombras que antes me pronunciaban,
siempre
con nombres incompletos.
Ya no se oscurecerán los soles
en las álgidas penumbras
que preceden a las madrugadas
y se recostará mi nuevo nombre,
alargado como un abrazo,
sobre los charcos azules del firmamento
para que tú lo pronuncies
con rumor de océanos
en mi corazón de caracola.
Consuelo
Marzo 2013
Precioso poema. Eres una maga de las palabras. Chapó.
ResponderEliminarContigo aprendo a conjugar verbos nuevos...
ResponderEliminarGracias.