Alguna vez fuiste tormenta
rugiendo en mi garganta.
Y dejé de pronunciarte.
Mas tarde fuiste aurora boreal
y deslumbrabas todas mis miradas.
Y dejé de mirarte.
Me vacié completamente
para no retenerte,
y me quedé afuera de mi misma,
para que toda yo fuera tu morada,
enteramente.
Consuelo
Marzo 2013
Impresionante, fabulosa. Mucha magia y sentido en esas palabras.
ResponderEliminarGracias amigo por cabalgar los verbos conmigo en busca de la palabra prometida ...
ResponderEliminarUn bico.