Solo tú lo sabías.
Sabías como atravesar los tres pilares del tiempo,
las siete tierras cardinales.
Sabías como pronunciar mi único nombre,
cómo sería caminar a mi lado
y me fuiste invocando
por todos los altares de hierba
en las noches insondables del alma.
Me regalaste la luz que irradiaba tu mirada
para que la mía brillara
como mil lunas de plata.
Siempre tuve consciencia
del dolor de mi ausencia mordiendo tus entrañas.
Noche tras noche me fuiste creando
a tu imagen y semejanza
siguiendo el designio de tu corazón solitario.
Me hiciste de amor
y amor he querido venir a darte.
Consuelo
Noviembre 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario