Me marcho
te dije con mi voz sin palabras.
Tu mirada se hizo más cálida
y hundiste una de tus manos en la nada
para tomar un puñado de tierra.
La otra mano la hundiste
en lo más profundo de mi alma
y tomaste los mares.
Al unirlas creaste la Tierra
y me dijiste con tu voz sin palabras:
Así como encajan las tierras y las aguas
encaja mi alma en tu alma
y mi cuerpo en tu cuerpo.
Entonces yo hundí mi mano en la nada
y extraje la oscuridad más amplia,
hundí la otra en tu alma
y tomé tu luz repartida en esferas.
Al unirlas creé el firmamento
y te dije con mi voz sin palabras:
Así como encajan las estrellas en la noche
encaja mi alma en tu alma
y mi cuerpo en tu cuerpo.
Y partí hacia la Tierra que tú habías creado
para que yo pudiera regresar
y terminar lo pactado.
Han pasado muchas vidas desde entonces...
pero ahora ya puedo recordarlo.
Ahora comprendo porqué siempre me gusta caminar descalza
y sentir la tierra y las aguas.
Ahora comprendo porqué al mirar las estrellas
se me inundan los ojos de lágrimas ...
Consuelo
Noviembre 2012