Al contraluz de la última luna,
cuando en todo el espacio reinaba la oscuridad
y solo nosotros portábamos la luz,
recorriste mi piel de fuego
con tus labios bautismales.
Palpitaba en ellos
Palpitaba en ellos
mi laberíntico nombre
y lo fueron escribiendo
por el revés del fuego de mi piel.
Donde mi cuerpo sería equinoccio
en una perfecta geografía secreta,
guardaste tu nombre sagrado
como un último algoritmo
con sabor a besos de cielo.
Consuelo
Diciembre 2012
y lo fueron escribiendo
por el revés del fuego de mi piel.
Donde mi cuerpo sería equinoccio
en una perfecta geografía secreta,
guardaste tu nombre sagrado
como un último algoritmo
con sabor a besos de cielo.
Consuelo
Diciembre 2012
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