.
En algún momento
detuvieron su vuelo, las gaviotas
que giraban en el centro de mi mente.
Ingrávida,
las mantuve silenciosas.
No supe
cuando se vinieron a mi costado,
ellas, las nubes,
para escribir sobre mi piel.
Ni intenté descifrar su lenguaje,
pero entendí muy bien
los secretos que ellas me contaron.
C
Abril 2017
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