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A veces vengo del sueño
con la vida sin completar,
como pieza de un puzzle
que no encuentra su lugar.
Vengo con las nubes
también a medio hacer,
deslizándose brevemente
con suavidad,
entre mis dedos
-como lo hacía el tiempo
en aquellos viejos relojes de pared-
sobre mapas que apenas puedo comprender.
Vengo con la memoria
incompleta, incierta
y todo precisa con urgencia
una nueva construcción.
Todo es nuevo en esos momentos
difusos, inciertos,
difusos, inciertos,
y todo es posible
en la ligereza de esa tierra de nadie
que media entre los sueños y el ilusorio despertar.
C
Agosto 2016
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