Todo movimiento se ha suspendido
y el viento se ha reposado
abrazado a mi cuello.
Las libélulas y las aves,
detenidas en su vuelo,
detenidas en su vuelo,
me miran con sus ojos inmensos
mientras el espacio se derrite
en delicados azules
en delicados azules
y misteriosos púrpuras.
El silencio me susurra suavemente
sobre el amoroso encuentro
que en breve surgirá
que en breve surgirá
entre el espacio trajeado de noche
y la luz que en lo alto del faro
brilla como una luna vestida de plata.
De la mano se irán
a recorrer lugares lejanos,
islas desiertas,
puentes colgantes,
ciudades dormidas,
solitarias playas distantes,
jardines y fuentes.
Regresarán fundidos oscuridad y luz
antes de que el sol se despierte
antes de que el sol se despierte
al despuntar la mañana.
C
Agosto 2016
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