
Hubo civilizaciones que cayeron antes,
mucho antes de este ahora
que ahora nos alienta,
y yo,
yo...
ya estaba allí,
inmóvil e involuntario vigía,
testigo de historias tan lejanas
como las respiraciones
que ya no me alientan ahora,
pero que sostengo
entre mis sienes.
Ante tanta caída y tanta derrota
de seres,
y de tantas victorias
y de sus increíbles historias,
vuelvo a la respiración inicial
que me circunscribe al momento presente
donde nuevamente inspiro
y siento esta inefable alegría
que me ancla al instante
donde te percibo
y me siento
y sostengo todos los mundos
y a todos sus seres.
Otras civilizaciones seguirán cayendo,
lo sé,
casi sin saberlo,
y sé que yo seguiré estando allí,
contemplando,
para recordar todos sus hitos,
sus memorables historias.
Y otras seguirán naciendo.
Pero en este instante concreto,
en este momento,
en el que la respiración presente
tiene el poder de nombrarte
y nombrarme,
es cuando siento
que la eternidad nos hace suyos,
y me abandono.
Cierro los ojos
y dejo que todo se desenvuelva,
te respiro
nos respiro,
siendo testigo.
Me vacío de todos los mundos
y de todos los tiempos
por un instante.
Exhalo.
Nuevamente inhalo,
con fuerza, con fiereza,
y otro nuevo mundo comienza.
C
Diciembre 2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario