Hubo un tiempo en que fuí todas las palabras... luego me hice carne y habité entre vosotros. Desde entonces camino errante en busca de la Palabra Prometida, ésa que me fue destinada para reencarnarme en el Verbo y poseer nuevamente el don y la magia de todas las palabras.
“Sentí el peso de la soledad en cada rincón de mi ser, como si el viento mismo hubiera arrancado mis raíces.”
ResponderEliminarEsto se anima. Que no pare.
Bicos.
Manolo.
Bicos :)
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