Estoy aquí,
entre las carnes trémulas del otoño,
declinando el desafiante abrazo
del invierno
del que todavía no es tiempo;
ignorando la primavera
que espera ser deseada y apetecida
liberada,
más yo los dejo disfrutar del llanto y del lamento
que mantienen a deshora.
Aquí estoy,
camuflada en el tiempo,
en el instante precioso
que todo lo atesora.
Y declino llamarte
o pensarte.
Somos parte de lo eterno,
de lo efímero,
y somos todo lo necesario
en este instante.
Sucedemos
al unísono.
Y somos las primaveras
y somos el otoño.
C
Noviembre 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario