Todos mis átomos tienen memoria.
Y me hablan de forma indeleble
Y me hablan de forma indeleble
como suelen hacerlo
el sol y la lluvia sobre la piedra.
Gimen, desbaratando mi piel
como sucesión inmensa de luces y sombras,
vertiginosa caída de soles
y rotundo nacimiento de mares.
Y me hablan así
de tí y de mí
de tí y de mí
y de como surgimos, juntos;
testigos mudos
testigos mudos
de como la historia construía sus muros.
Nunca, jamás, fuimos dos.
Nunca, jamás, fuimos dos.
Respirar aquí, ahora
y a solas,
se vuelve misterio.
C
Julio 2017
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