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Hacia tí,
que me escondes en tu mirada,
se inclinan todos los astros
y hacia tí suben todas las mareas.
Hacia tí,
que me guardas en tu seno,
se abren todas las semillas
y se derraman en prontitud
infinitas lluvias de pétalos.
Hacia tí,
que me respiras como aire,
fluye mi corazón entero
y mi sangre, danzando tu nombre,
mueve el universo
y origina la verdad
de los días y de las noches.
C
febrero 2017
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