Desde febrero... Ha corrido el tiempo y yo he bailado en él.
Pero las palabras, como las hojas en otoño, se han acumulado por todas mis aceras interiores, por mis bosques internos, por mis sendas y casi han cubierto mi alma.
Por ello tenía que volver a escribir, para darles mas espacio a las nuevas que ya vienen susurrando mi nombre, las que vienen trepando por mis brazos y mis piernas, las que amenazan ya con desparramarse por mis labios.
Pero no era tarea fácil, quizá porque ya estamos en otoño y desnudarse tan abiertamente no es una opción a veces. La vulnerabilidad y la intimidad también se esconden detrás de las palabras. Y cuesta mostrarse, como quien se quita los vendajes y expone a la luz, la piel tan fina que nace tras una herida.
Así que me apunté a un club de escritura, donde sí o sí, tienes que abrirte y escribir.
El primer día, con una mano en el pomo de la puerta que me adentraría en ese mundo de palabras, y la otra sosteniendo la idea de "sal corriendo que todavía estás a tiempo", respiré hondo y me sumergí en ese espacio desconocido y nuevo.
Y ha sido muy liberador y divertido. Gente maravillosa. Así que volveré, y puede que os narre mis historias.
Uno de los abordajes a traición de la profe, fue; "Y ahora escribe la dedicatoria que pondrías en tu primer libro", la mía ha sido para vosotros, que seguís ahí, dando vida a mis palabras desde distancias tan poderosas que abarcan medio mundo y que me llevan en vuestros vuelos, hacia donde nuestros corazones laten al unísono:
"A vosotros, mis queridos desconocidos, que aceptáis a ciegas todos los testigos de mi vida"
C
17 Octubre 2024
Ya pensaba que te habías olvidado.
ResponderEliminarAsi que... ¿Club de escritura? ¡La cantidad de cosas que van a aprender tus compañeros de tí.
Aquí seguiremos, atentos. Inasequibles al desaliento.
Bicos.
Manolo.
Mi queridísimo conocido! Qué grato y cálido saberte tan próximo siempre, tan constante y tan amigo.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.