jueves, 1 de octubre de 2020

ABRAZADA AL OTOÑO


 .

Se me ha venido el otoño a casa,
casi sin avisar
y me pilló así, a medio vestir,
a medio estar,
esperando al temporal 

Me dijo que olvidara los tacones,
cuando me quise arreglar, 
ni las botas de media caña,
ni el abrigo, me dijo,
ni las medias de cristal... 

Me susurró que solo quería piel,
piel desnuda nada más,
y apoyarse sobre el hueco de mi cuello
justo donde mis brazos
lo pudieran cobijar.

Me miró con ternura a los ojos
y me pidió perdón,
por dejarse la lluvia afuera
quietecita en el portal,
por no traerme el viento
ni olas de la mar.

Y puso unas flores
sobre mi regazo
y algo de sabor a bruma
y una pizca de sal
en su forma de besar.

Le hice sitio a mi lado.
Suspiré,
nunca lo podré negar. 

Y le dije, acurrúcate conmigo,
has llegado al hogar.

C
Octubre 2020



No hay comentarios:

Publicar un comentario