...
May volvió a casa
con una suave y redondeada piedra,
tan pequeña como un mundo
y tan grande como la soledad,
porque no importa lo que perdamos,
-un tú o un yo-
somos nosotros mismos
lo que hallamos en el mar.
E.E. Cummings
Enero 2020
Poniéndome al día con tu blog, veo que sigues cumpliendo con tu promesa de palabras.
ResponderEliminarUn beso muy grande. Y seguimos.
Manolo.
Un abrazo fuerte, amigo mío.
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