Llámame hoy por mi otro nombre
dime Melancolía
y te hablaré de cuando era niña
y de cuando todo me olía a nuevo
a luces y a sombras
bajo la higuera...
Del vuelo de las gaviotas
y de sus llamadas zalameras
te hablaré
te hablaré
y de aquellos patios encalados,
de los días de sol
pocos, tal vez,
y de muchos días de lluvia, fina
y ligera,
sin estridencias,
en esta Galicia de nubes y de cielos infinitos,
de veranos de bocadillos
y de sandalias
y de vestidos prestosos
como almidonados
y ligeramente vaporosos ...
Llámame Melancolía
y me enroscaré en tu pecho
con mi cuerpo de mujer crecida
bajo las noches de luna
como si yo misma fuese nueva
reluciente
tal vez, ligeramente húmeda,
almidonada...
como la primera luna.
como la primera luna.
Llámame Melancolía
y te responderé desde más allá
de la vida y de la muerte
más allá de los recuerdos
de los deseos
de las nubes,
mientras en mi vientre
se generan el tiempo y el espacio
y todos los límites
y lo que hay más allá de cualquier frontera.
Melancolía es ya el fruto
de lo que tú y yo plantamos
algún día
alguna era
en alguna desconocida Tierra.
C
Agosto 2019
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