Se me vienen las palabras
como umbrales de espacios
innombrables
increíbles
virtuales.
Se me vienen
creadoras
de universos livianos, coloridos y ligeros
como este de mis sueños
donde mi fragilidad respira
el dulce aliento de otras vidas.
Detrás de cualquier dintel,
-llamémosle instante-
hay un mundo de posibilidades
esperando ser creadas
y vividas.
Tan solo requiere dejar al corazón
cándido y desnudo
temblar ante lo mágico e increíble
que siempre, tras cada instante, puede acontecer.
C
Noviembre 2017
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