Todo avance significa observar el horizonte, a lo lejos; pero nuestra visión más inmediata debe centrarse en nosotros mismos , en el próximo paso.
Sentarse en quietud y observarnos, conocernos a nosotros mismos y entender el origen de lo que consideramos necesidad, sería un gran paso para encontrar la llave del país de la felicidad y devolver la belleza y la plenitud a este pequeño puntito azul que nos sostiene, con tanto amor y tanta generosidad que, ingenuamente, nos confunde y nos hace creernos necesarios, tanto como lo es una caricia sobre la piel hambrienta ...
Pero no es así, la Tierra no nos necesita para ser lo que es, sin embargo si la protegemos y cuidamos, si la amamos sin desmesuradas exigencias ella misma se irá regenerando. Y continuará brindándonos todo su esplendor.
C
Noviembre 2016
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