Se agitan las lonas al viento
mientras tu duermevela aguarda
el instante perfecto en que abrirás los ojos,
alejándote del sueño.
Sinuosamente,
siguiendo un ancestral baile,
me deslizo entre las telas sombreadas
de una tienda perfecta,
al borde de las arenas
de tus sueños de espera.
Me gusta esta penumbra incierta
sobre las espaldas
de un sol que se viste de poniente
y de una luna que promete ser de plata.
Y me gusta mirarte,
recorrer los surcos de tu cara,
de tu frente ...
mis dedos se sueltan,
despacio,
en busca de un lugar
donde dejar su huella.
Mis palmas, menudas, apenas alcanzan
a abrazar tu cara,
sonriente de estrellas desplazadas.
Te recorro con la mirada, con el tacto,
entre esta penumbra que te esconde,
haciéndote de magia y de misterio.
Y te encuentro, cómplice de mi silencio,
sobre dunas que derraman sensibilidades lentas,
exquisitas, expuestas.
Aprisiono colibrís errantes
entre mis dedos ebrios de ternura
y los voy depositando donde alojas
tu risa milenaria.
A tientas escribo poemas sueltos
sobre tu piel dormida
mientras tu mano,
lentamente,
recorre con dulzura mi espalda,
anudando puentes
entre las luces derramadas.
Consuelo
Enero 2012
IN MEMORIAN THOMAS CLEMENTS.
He visto los tres vídeos y me he sentido muy relajado. Las imágenes, la música... son como uno de tus poemas, lleno de encanto, serenidad y belleza.
ResponderEliminarLas dunas, la luz, los contrastes, la vida tranquila y sencilla, el tiempo como parado...
Siempre me sentí atraído por el desierto, la vida dura y espartana, sin apenas posesiones, y mucho tiempo y horizontes por delante.
Gracias por compartir estas vivencias, siento como si hubiera estado por allí con vosotros.
A tí, siempre.
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