La Vida no deja de llamarme
y gime de placer
tendida aquí, a mi lado.
Yo la miro a veces,
perpleja todavía,
extasiada en su cuerpo
con perfil de mujer.
Dónde se esconden mis convencionalismos
si ahora me estoy descubriendo
su amante secreta?
Se desata mi lascivia
y crece una instintiva lujuria,
mis labios se humedecen
insolentemente
ante el hechizo
y ante la duda
de rendirme a su abrazo.
Hoy la Vida tiene curvas de mujer
y conoce mis pliegues
mi tacto
y sabe hasta dónde quiero llegar.
Estoy a gusto así,
sabiendo que he vivido intensamente
siendo la dueña de mi destino,
que atrás he ido dejando maletas,
devociones y sombras.
Ahora que sé que he dicho
hasta la penúltima palabra
a las personas que amo
puedo irme tranquila.
Aún sabiendo que esta noche
fuera la última,
sonreiría
porque mis labios no guardan
ningún "te quiero"
Todos han sido dichos.
Podría morir esta noche,
mañana...
llena
pero vacía.
Consuelo
Octubre 2012