De las mil rayas que viste el tiempo
he elegido, solamente, una.
Con ella vengo
a abrazarte,
a darte abrigo,
a ser la hoja que ves volar
incitando al viento.
Quizá,
tal vez y únicamente,
tan solo, a ser la pregunta subsiguiente.
La única verdadera.
Estoy aquí
para ser testigo
contigo
y sostener, juntos, el instante precioso
la hora perfecta
la sombra
la risa
el abismo
la ausencia,
y tu mano,
perfecta, también,
entre las mías.
Como una leve lluvia de invierno,
como un cálido rayo de sol
que se escapa de
un nublado atardecer,
volátil y fugaz,
leve,
tan, tan leve,
como un ave iniciando
su enésimo vuelo,
aquí estoy.
Fugaz y precisa.
Ven conmigo.
A surcar el tiempo,
a cruzar universos,
y seremos aliento divino
impulsando la vida.
C
Diciembre 2023