Le susurro "calma" a ese dedo
que impaciente escribe "calma" en el centro de mi frente.
Y le digo "profundo" a esa mirada que me mira
tan adentro y tan profundamente.
Y te respiro hacia dentro
cuando tú me respiras.
Qué preciosa sincronicidad de momento,
cuando tú me dices "vida"
y yo, al tiempo, te digo "eternidad"
Y se hablan nuestras manos,
como habla el viento del ocaso
con el lenguaje de los pájaros,
mientras acaricia los árboles.
Así, como desnudos,
tú y yo
sobrevolamos
este cálido, inagotable, verano.
C
Agosto 2022