Me dejo ir
entre las suaves aguas del tiempo
a veces mansas, a veces turbulentas.
Me dejo ir
con la ligereza de los pájaros,
infinitamente vieja,
eternamente joven.
Dulce dulzura
del instante
que crepita y tiembla
entre mis labios,
del que nunca sé
si está a punto de perecer
o siempre, a punto de florecer.
Me dejo ir
en el vientre del momento en punto,
y me entra pereza
de envejecer.
C
Octubre 2021