A Noviembre le regalo
la calma de mis pasos y la luz de mis ojos
la calidez de mis abrazos
el color de mis labios
con sabor a fruta madura y jugosa
con sabor a fruta madura y jugosa
la dulzura de mis besos
y este tacto, como de seda,
de mi piel viajera.
Le cedo la paz de mis días
el silencio
y también los trinos
de los pájaros que anidan en mi corazón.
Le procuro el calor del fuego
como de hogar y la hoguera
que arde siempre en el centro de mi vientre.
Y le regalo las lluvias que nacen en mis dedos
cuando te recuerdan
y las nubes que me visten de brumas
pero que en secreto
mantienen mi alma escondida y desnuda.
Y los ocres y amarillos de mis ojos
también le cedo,
también le cedo,
y los verdes que me sombrean
y todos los misterios que me nombran.
Que Noviembre sea cálido
en todos los corazones
y que la vida transcurra con dulzura.
C
Octubre 2019